Allá donde un cielo de ébano,
cuajado de estrellas es el techo
de nuestros sueños.
Donde el tiempo se desgrana
en las arenas del desierto
y los caballos galopan sobre las alas
del viento.
Allá donde la patria es la libertad
de soñar un cielo azul y una paz
fresca y extendida, como un río
que baña la vida.
Donde la voz se pierde en la lejanía
y se divisa un horizonte sin fronteras.
Donde el sol es un martillo que golpea
sobre el yunque dormido de nuestras voluntades.
Allá, donde el clamor de las almas,
son un eco del grito de libertad,
por el derecho a crecer sin miedo
en la tierra que nos vió nacer.
Octubre 2017 Escrito por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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