Un sobre blanco, frío
como una lápida que guarda
las palabras que sepultamos
en nuestros silencios.
Tal vez, un remitente,
a modo de epitafio
de una génesis poética
o un desamor, que deja la última lágrima
en la misiva.
Un sobre a la espera de ser acuchillado
y abierto, para desentrañar
su blanca víscera plegada,
papel perfumado de amor
en versos furtivos, una despedida
o simplemente una noticia,
cuya sorpresa dependerá
del contenido de sus letras escritas.
Escrito en Octubre 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito.”zuhaitz”.
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