con estrellas consteladas,
pero cuando desperté,
me pareció una bobada .
Más tarde pude observar,
que el fruto del desamor,
son mejillas incendiadas,
que van calmando el rubor,
entre lágrimas perladas.
Quise volver a soñar
decidido, el mismo sueño,
loco por mi vano empeño
de quererte enamorar.
Y tan solo, como el mar,
quedé angustiado y absorto,
el sueño se quedó corto
en mis ansias por amar.
No quería despertar,
pues la vida es un desierto;
si no hallo el amor, despierto,
al menos…lo podré soñar.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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