la noche avanza sobre la oscuridad
de la mente humana.
Si no presentimos un mañana de luz,
el presente se cierra sobre si mismo
y no tenemos escapatoria entre las rendijas,
que apenas vemos desde nuestros ojos,
al apretar nuestros párpados.
Sobre los escasos márgenes que quedan
en nuestras esperanzas, se van derramando
las aguas, ( antes vivas ) y ahora calmadas
en una lasitud que se contrae, como alma
que pierde la compasión y la ternura.
Angosta es la angustia que merodea
en nuestras casas, para habitar cada uno
de los vacíos, donde vamos perdiendo
las monedas que caen de nuestros bolsillos
rotos.
No quiero un letargo de musgo, creciendo
en torno a la muerte, sino esa pacífica
explosión, que logra que la vida
brote de nuevo, en medio de esa celebración ,
donde el ser humano contrae matrimonio,
con la parte más auténtica de su alegría
y la comparte, desmenuzando su hogaza
con tiempo, paciencia y todo el amor
que sea capaz de atesorar.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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