y manglares, en ese misterio intrínseco
que trata de rebajar toda orilla, que se acerca
al pantano o a los márgenes de las playas.
Arena o piedra, el tiempo deshace
las constancias en diminutos granos,
que se esparcen al viento, como semillas
de amor o intenciones, que el olvido
trata de rescatar, para gozar la eternidad
en el instante preciso.
Hay toda una verdad oculta en ese
sofocado respirar bajo el Sol, para sumergirse
luego en las profundas aguas
de las emociones.
Agua sin duda, fluido, que del pensamiento
desciende en cascadas de luz de inteligencia,
que de los oscuros manglares huye,
para alcanzar la vida…
¡A mar abierto !.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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