nadie lo cree en su traición,
no hay nada en su corazón
y no se salva ninguno.
Ignoran su realidad,
pues todo afán y destino,
tienen origen divino
y esta es una gran verdad.
Yo soy Dios y no lo niego,
vivo en un mundo irreal,
sumido entre lo abismal,
pues sus ojos …¡Están ciegos!.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario