aprovecho la vida que me han dado,
no soy lego, ni cura, ni soldado,
tan sólo un solitario corazón.
Un alma que se pierde en el olvido,
después de amar, jamás he sido amado,
la experiencia de vida, me ha marcado,
nunca doy, nunca espero, nunca pido.
Soy aquel, que del necio se ha apartado
y al sabio, le admira en su virtud
que no alcanza el olor de multitud,
pero es grande, aunque no sea recordado.
No esgrimo la espada, y con el sable
de la justa palabra, abro camino,
palabra que decide mi destino
y quien tenga que opinar, mejor que hable.
Que no guarde su criterio y no se asombre,
que quien habla con buen juicio, siempre llena
su razón entre su paz o su condena
y esta es la dimensión de todo hombre.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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