las motas de polvo, cegando los ojos nublados
de la tristeza.
Los árboles se inclinan en reverencia
y la vida fluye en un creciente ánimo.
La tristeza se apoya en las columnas
del desamparo y se tiñe
con las hojas bermejas de la melancolía.
Nada parece cambiar, hasta que el corazón
recibe ese rayo de Sol, que brota
de una sonrisa sincera y todo vuelve
a recobrar el tono más hermoso
con que se viste cada amanecer.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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