Un único destello sobre la conciencia humana,
para alcanzar la luz de la verdad.
Es el momento único e irrepetible,
para esa unión imperecedera con la eternidad.
Creamos a Dios con un propósito…
y sin embargo, hemos olvidado nuestro origen.
Nada será igual, si no somos capaces
de ese reencuentro con la divinidad.
La divinidad habita en cada uno de nosotros,
por eso creamos a Dios, aunque
no lo sintamos en su morada.
Buscamos fuera, la respuesta que habita
en nosotros mismos.
Todo existía, antes que nosotros
llenáramos el mundo,
pero en nuestra inconsciencia,
intentamos crear a Dios.
Siempre se ha reído de nuestra incapacidad
y sólo espera que descubramos su realidad,
porque es realmente nuestra realidad.
Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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