monstruos que caminan entre cadáveres,
sin importarles su hedor.
Entre el cieno y el agua estancada,
las emociones se sumergen
y todo lo que suceda, pasa a ser
una anécdota más que olvidar,
cuando arrancamos una hoja
del almanaque.
Alma-na-que-decir, observar o sentir.
Las hojas caen y todo sigue un ciclo.
Las lágrimas y el dolor,
son meros detalles, que coronan
los hechos de un día.
Escrito en Junio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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