es la brisa, que en la calma
sirve de bálsamo al alma,
de provisión y sustento.
Cuando nuestro tiempo pesa
procuraremos la pausa,
porque es el motivo y causa
de la hallar la paz en el cese.
Generar esa quietud
en el paso detenido,
se gana, cuando se ha vencido
nuestra incansable inquietud.
Bajando el ritmo y cadencia
en la vida cotidiana
la vida será más sana,
con más calma y más paciencia.
Escrito en Junio 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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