como ríos infinitos, ofreciendo
resguardo al abrigo de su confortable
calor.
Brazos que no niegan la hospitalidad
del alma y son como vivos rayos
de sol, entre sombras de tristeza.
Hay brazos que se elevan
como plegarias al cielo,
tengo buen rincón en mi vida,
grande como su consuelo.
Escrito en Junio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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