un blanco horizonte, en una esbozada
sonrisa y esa necesidad de alimentar
nuestro cuerpo, con nuestra alma
en ayunas.
Entre los dientes, la palabra negada
a ser pronunciada
y la murmuración infeliz
en un nacimiento interrumpido.
Entre los dientes, una brizna de hierba,
aseverando nuestra permanencia
en la tierra.
Durante un susurro, se escapa un suspiro, como nube que huye
de nuestro cielo, para alcanzar
la cima de nuestros deseos.
Escrito en Junio 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
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