Al abrigo de unos brazos, con el calor
de la sangre en el latido, que pulsa
el labio, cerrando el paso al suspiro
en un beso callado.
El frío es la excusa perfecta para
aproximar dos cuerpos y hacer
una hoguera con la pasión,
que la llama de unos ojos febriles,
provocan en una mirada,
encendiendo el deseo, avivado
en el tibio calor de un abrazo.
Escrito en Junio 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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