se pone en la vertical y sobre ella
posa su cálida caricia.
El día crece en el éxtasis y su luz, se alarga
restando horas de sueño a la noche.
Hay magia que sale de la ramas
de los árboles, durante la vigilia
en el tiempo y las semillas y hojas,
danzan con el viento.
El calor crea brumas en el horizonte
y el fuego se transforma en color
o tintura de yodo, sobre el azogue
de un mar en calma.
Cae la noche rendida, con el párpado
entreabierto y la atención puesta
en la llama del equinoccio.
Los brujos y chamanes danzan
e invocan, en la antigua lengua,
a la tierra madre y al aire que gira
en torno a todas las cosas que nos rodean.
Arden las hogueras en la noche
de San Juan.
Escrito en Junio por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz ".
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