emerge una realidad vestida de sombras.
Los pájaros tapizan el cielo
con sus negras plumas y el viento lanza
un grito plañidero .
La hierba sin apenas vida, agoniza
en los rincones de las sepulturas,
donde la luz no acaricia los perfiles
de las lápidas.
La vida es sólo una ilusión pasajera,
un sueño de efímera constancia,
donde el destino, juega a los dados
con la suerte de los condenados .
Al final, el tiempo sucumbe bajo el filo
de la guadaña, que los días forjaron
a golpe de amaneceres y noches
de llanto silente y lunas de fría luz mortecina.
Escrito en Noviembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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