oscuras y cortantes, de una realidad
que no acepto, ni se ajusta a mi conciencia.
Entre la sórdida mudez de la muchedumbre,
trata de salir algún grito perdido, que se ahoga
en las gargantas que sufren las injustas
imposiciones.
Todos yacen adormecidos, bajo el narcótico gas que desprenden las informaciones
falsas y manipuladas.
Prohíben y retiran la filosofía de los colegios
y un retorno hacia la indiferencia, nos hace
insensibles ante tanta inmundicia.
Se invierte dinero en construir templos
para orar, cuando se muere de hambre,
en vez de procurar el sustento del cuerpo,
permiten que los pobres mueran y tratan
desde su hipocresía, salvar sus almas.
El mundo sufre un déficit grande,
padeciendo durante siglos, bajo las garras
de quienes tienen el poder.
Escrito en Noviembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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