¿La que golpea con su báculo tus sienes ?
¿O esa discreta arrogancia de la hipocresía,
para comprar una parcela,
en un cielo inexistente?.
No se necesitan oraciones, sino manos
que rescaten al mundo de su miseria.
¡Oh, cuánta alabanza baldía de oídos sordos !.
¡Cuánta soterrada mirada al vacío, para no ver
aquello que explota ante nuestros ojos!.
Un comercio de santos y una venta
de privilegios, en ese cuarto oscuro,
que todas las religiones tienen, para subsistir
a través del miedo, la ignorancia
y el negocio de las guerras.
Escrito en Noviembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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