al silencio.
Mutilar la voz con un quejido roto y aspirar
todo el mar, para volver a verterlo
en lágrimas .
Buscar la risas perdidas en los ecos
de nuestra infancia y deshacer caramelos
en el paladar, mientras fluye la saliva,
resbalando por el mentón.
Crear un cuento, con la veracidad
de un imposible, tejido con alas de mariposa
y precipitarse al vacío, para llenarlo
con sobradas ausencias, antes de que
se enfríen las ganas y se endurezca el pan
que no comimos,
por temor a perder los dientes.
Escrito en Noviembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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