en la mejilla destella,
con el fulgor de una estrella,
cuando sentimos amor.
En nuestro rostro se prende
la llama, que en cremación,
brotando del corazón,
a nuestra pasión enciende.
Y se pierde en un momento,
la sombra de la tristeza,
pues gira nuestra cabeza
al ritmo de un sentimiento.
El rubor es esa hoguera
que se enciende apasionada
y en su rescoldo no hay nada,
si no es buena la madera.
Madera donde quemar
todos los vanos prejuicios,
pues ya no caben más juicios,
si la razón es amar.
Amar es la negación
de todos los imposibles,
amores, que incombustibles,
encienden tu corazón.
Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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