desbordado en plenitud, cuando se ama,
verde hoja, que surgiendo de la rama,
nos produce una fiebre incandescente.
Arrebatan esas ganas novedosas,
el amor es un genial descubrimiento
y se vive intensamente ese momento,
entre besos y entre pétalos de rosas.
Ya en remanso se nos calma al madurar,
esas ansias juveniles, porque amando,
no se tiene esa inquietud, se va pausando
y tan sólo es mantenerla y perdurar.
El amor concede el tiempo, y la premura
se trastoca, pues decide el corazón,
controlar sobre su cauce, la emoción,
derivando en el cariño y la ternura.
En el tiempo, nuestro amor no debilita,
sólo crece en dimensión y está pendiente
de aportar otros buenos ingredientes,
que completan el impulso que lo excita .
Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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