la ciudad, y están pensando,
que se esconden, escapando,
creyendo que así se huye.
Si he de ser muy sincero,
en esta enorme colmena,
cumplimos nuestra condena,
en una jaula de acero.
La gente camina y teme,
porque el temor da licencia
a la ignorancia y su ciencia,
para evitar que nos queme.
Y nos lanzamos al fuego,
siguiendo a una voz que clama
y olvidamos que las llamas
forman parte de su juego.
La razón, por ser muy vieja,
facilita la atención,
para hallar la perfección,
entre la dicha y la queja.
Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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