De los sueños, el reconocimiento del agua,
que fluye sin detenerse y de la oportunidad,
ese soplo fugaz, que en un descuido …perdemos .
El paso irreconocible del tiempo, durante
las largas ausencias y ese eterno caminar
insomne, de todas las edades de nuestra vida.
La risa y el llanto, que van a encontrarse
como una consecuencia más de estar vivo
y saber, que la alegría y el dolor
son aves de paso con diferentes nidadas
en nuestro corazón.
Que estamos irremediablemente solos,
frente a una multitud que nos ama, nos odia
o nos ignora.
Al final sólo te tienes a ti mismo,
en una soledad sorprendentemente
compartida … en ocasiones.
Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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