donde reinan altas cumbres,
donde un incendio permanece
y en llamaradas vivas, crece y crece
manteniendo ingrávida la lumbre,
ardiendo los deseos y los sueños .
Se dormía sin celo, en abundancia,
como echando un duro pulso a la consciencia,
el día desmenuzado, y desgranando
lo que la noche al día, fue robando
entre el acierto y tino… con paciencia,
perdiendo con el sueño su ganancia .
Se dormía despacio, por perdido
en la noche, víctima inconfesa
de aquello cotidiano, que se ignora,
se iba deshaciendo hora tras hora,
en una lasitud tranquila y gruesa,
tendido ya sin fuerzas, por vencido.
Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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