de piedra blindada o seco corazón
que engendra espinas de odio.
No toques con tu lívida mano,
la herida reciente, ni justifiques las llamas ,
cuando no quedan ya, sino cenizas frías
y una oscuridad de apagados brillos
sobre mis retinas.
Si vuelves a mi, vuelve en cuarto creciente,
durante la resurrección del amor
y la dicha de amar.
Con las manos desnudas
y los brazos abiertos, vacía totalmente
de soledades y hambrienta de amaneceres
de plenitud.
Yo sigo esperando un milagro que estalle
en color sobre mis ojos
y busco entre los rincones de mis ausencias,
un motivo para seguir viviendo.
Aún creo que el amor existe,
pero ha equivocado su destino
y se ha perdido en la bruma de la desesperanza .
Escrito en Octubre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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