que guardan cielo y mar y el verde agreste
de la tierra.
Cristal purísimo que refleja la pureza
de tu corazón y cuando miras,
seduces a quien te observa besando su alma
con tu mirada.
Espejo de aguas y emociones contenidas,
como un secreto último que no desea
mostrar su belleza, para evitar
que otros ojos impíos, ensucien
la transparencia de la sinceridad, que de ti
emana.
La belleza debe ser intuida, no mostrada,
para que persevere y no desaparezca efímera
en un descuidado instante.
Amo tu radiante rostro y tu límpida mirada,
desde mi silencio, con respeto y admiración.
Escrito en Agosto 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
Dedicado a una gentil dama en el restaurante
Vicente de Basurto.
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