de cadáveres, con mis versos inmortales
y beberé el licor de la vida, en el interior
de vuestros cráneos vacíos.
Estéril, la tierra que no da frutos y las mentes
que originan las catástrofes telúricas, por falta
de atención a los puntuales avisos
de la naturaleza.
La inconsciencia no es sólo senil, sino que
sucede, cuando ya no quede más lastre,
con el que llenar nuestros pútridos cerebros
y ensuciar el fondo de los mares.
Estamos ante la macabra visión de nuestros
últimos días y tan sólo los poetas, haciendo
acopio de una inusual locura, son capaces
de caminar sobre las osamentas detenidas
en los senderos abandonados, con paso
firme y un decidido verso en los labios.
Escrito en Agosto 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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