suena la máquina de coser, un buen rato.
Mi esposa me mira y se detiene.
Se hace el silencio y observo
que está bordando, no se si su aguja
ha enhebrado hilo o el conjunto
de mis suspiros, al contemplarla.
Llego a ella por detrás y la sorprendo
besando su cuello de cisne.
Su mirada me conmueve, la amo y siempre
pienso en ella, en su dulzura y su amor.
En el futuro y la paz que me da su compañía.
Ella borda un mantel y yo toco la guitarra.
Esta mañana he preparado su desayuno
y se lo he llevado a la cama.
Mis dedos jugaban con sus cabellos
y la he besado dulcemente, formando
un acorde perfecto, sus labios con los míos.
La amo…Es todo lo que puedo decir.
Escrito en Agosto 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.
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