y tú no sabes volar,
vas a la orilla del mar,
agitando tu pañuelo.
Eres fruto de un anhelo,
un sueño en tu larga espera,
que en el temor desespera,
pues quiere iniciar su vuelo.
Es tan grande tu temor,
que toda intención es mala
y no ha de ser por tus alas
o el viento a tu alrededor.
Al estar tan angustiado,
no te atreves a saltar
y procuras retrasar
ese vuelo, tan ansiado.
Pero así, tu corazón,
debe ser motor y vida
de ese proyecto suicida,
que te voló la razón.
Volar es vivir la dicha,
que nace en tu atrevimiento,
goza tan sólo el momento
y decide mover ficha.
Vivir es cortar al sesgo
tu temor y la esperanza…
es esa continua danza,
de sobrepasar su riesgo.
Escrito en Agosto 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.
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