un llanto lastimero, grave y apagado,
desde la profunda garganta del abismo.
Es el sonido de la muerte, que se pasea
por los pasillos vacíos de una vida sin sentido.
La Tierra llora desde las raíces del árbol talado,
mutilado en las ramas, que antaño, arañaban
el cielo en busca de respuestas.
Hoy los árboles sucumben en la celulosa
que fabrican las papeleras o bajo el fuego
de las chimeneas de ricos hacendados.
En su lenta agonía, la Tierra vomita un odio
de incandescente lava y se agita convulsa,
estremeciendo los cuerpos de quienes
intentan salvar su vida y su memoria.
Aún queda un ápice de piedad, reflejado
en los rostros humanos que, pueden ver
la realidad, detrás de los espejos ahumados,
que ignoran la resplandeciente belleza
de la Naturaleza.
Escrito en Febrero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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