buscando claridades y remedios,
para una libertad, sin los asedios,
que alcance un ala negra con su sombra.
Te busco, libertad y no me asombra
no hallarte, pues te sientes desvalida
en la breve punción de nuestra vida,
que extiende sus miserias en tu alfombra.
Te busco en las paredes encaladas,
que antes llevaran citas y consignas,
con frases que, sentimos como dignas,
en unas proporciones deseadas.
El cielo, antes se abría a nuestro paso,
hoy cierra sus postigos, a la suerte,
negando una respuesta, en esa inerte
sentencia, ante un próximo fracaso.
No cabe rendición en este caso,
porque la libertad, así lo exige,
un sólo mandamiento, es lo que elige,
que llegue siempre a punto, sin retraso.
Algo que reavive la esperanza,
que sea de razón y compartida
en esa situación de nueva vida,
que sea una virtud, que nos alcanza.
Te llamo en soledad, con el preludio
de ver, que por mi voz, se va cumpliendo
el sueño que mantuve, decidiendo
su luz, porque a la sombra la repudio.
En toda la esperanza, hay claridad,
cumpliendo en este sueño, un nuevo anhelo,
abriéndose de nuevo un amplio cielo,
que brille con tu nombre, Libertad.
Escrito en Febrero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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