aurora que brilla, desde el ángulo reciente
de mi sombra, proyectada en tu luz.
Suavidad es tu sino, acaso descubrimiento
de seda en la ternura o gota de rocío,
en la emoción reciente de una prometedora
mañana.
Tú me elevas, ánimo que brota, entre sonidos
de besos y silencios a punto de quebrarse
entre tus dientes.
No debo pronunciarte ¡Amor!
El deseo no es la forma de acercarse
y el jadeo se entrecorta en mi respiración,
cuando en la añoranza, mi cuerpo danza,
como polilla que arde a la luz de una bombilla.
Sin embargo, en la quietud, adoro tu presencia,
sin romper el molde que guarda en mi ser,
el sentimiento que brota, libremente hacia ti.
Amo la brevedad de esa mirada que cala
hasta los huesos y el telúrico movimiento que
agita mi corazón y mis pulmones.
Ha nacido el amor y no lo voy a vestir
de adjetivos.
Que se muestre desnudo para abrazarlo
sobre tu cuerpo.
Escrito en Febrero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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