y un frío súbito, sube desde
mis muslos a las yemas de mis dedos.
Un relámpago furtivo rompe las cuerdas
de una guitarra y todos sus arpegios
ruedan por el suelo.
Las estrellas son de un metal blando
y resbalan sobre un pavimento de cera
y lágrimas vertidas.
Los agujeros se copian sobre las páginas
de un libro entreabierto y un hombre solitario,
trata de dominar la histeria y el engendro,
que provoca una sensación de escozor,
en la sal y el mercurio que fluyen desde
la opacidad de las miradas.
Escrito en Febrero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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