lunes, 10 de febrero de 2025

Espero que lo comprendas.

Me hablas del viento en tus poemas 
y ni siquiera has agitado un abanico.
El sol que describes, queda oculto 
detrás de tu sombrilla,


Permítele a la lluvia, que bañe tu rostro 
con cristalinas gotas de agua 
y pregúntale a la tierra, sobre el misterio 
que se esconde en sus entrañas.


Conoces el poder del oro 
nunca has intentado buscar su origen 
en los rayos del sol.
Luces sobre tu cuello, un collar de perlas,
pero ignoras la frescura de las gotas de lluvia,
salpicando tu cuerpo.


Descálzate y camina sobre la arena de la playa.
Divisa el horizonte, donde el mar muere,
para resucitar en un amplio cielo azul.

Teme el poderoso látigo del rayo en las tormentas 
y escucha la poderosa voz del trueno,
 que brama desde la negrura
 de las tortuosas nubes.


Observa la mano que agita los mares durante 
las galernas o a la tierra vomitando fuego
desde sus múltiples bocas.
¿Te sientes pequeño? Sólo eres un diminuto 
grano de polvo en la inmensidad de las arenas 
del tiempo.


Los caballos famélicos devoraron el hambre
del conocimiento, para desaparecer 
en los fogones humildes de algunas cabañas.
¿Crees saber o conocer algo de lo que he
nombrado? 
¿Tu poema tendrá la fuerza suficiente, 
para
agitar las almas y sacudir las voluntades humanas,
desde sus entrañas hasta sus corazones, 
que se supone que siguen latiendo en su interior?

Si eres poeta, comprenderás que no son palabras vacías, las que llenan el contenido 
de un poema y mucho menos, de una vida
dedicada a la poesía.

Escrito en Febrero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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