miércoles, 5 de marzo de 2025

Rojo carmesí sobre un zafiro azul.

La luz en sus ojos es un reflejo diamantino
y una exultante vida en sangre reciente,
brilla sobre el carmesí de sus labios.


Otrora me sentí vencido, bajo la influencia 
seductora del viento, que circulaba
 acariciando sus caderas al caminar.


Su busto firme y álgido ha entrado
 en competencia con las frágiles nubes,
rayando el zafiro inmaculado de cielo.
Solamente me atrevo a rozar su imagen,
con mi voz y mi palabra, para no perder 
el hechizo que, de su belleza guardo 
en mi memoria.


No existe en mí una voluntad quebrada, sino
un profundo respeto, al atesorar
 cada vibración que emita su cuerpo:
El sonido de su voz, la armonía de sus pasos 
en movimiento y su aliento, perfumando 
cada espacio inerte de mi existencia.

Amar no es poseer, sino fluir y disfrutar 
de cada instante, en cada convergencia,
en las cuales, nuestras vidas sean tangentes,
bajo la perfección del universo.

Escrito en Marzo 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





No hay comentarios:

Publicar un comentario