viernes, 28 de junio de 2024

Cada etapa de la vida tiene su tiempo.

Un tiempo para nacer,
desarrollarse y crecer.
Un tiempo para pensar 
para reír y llorar.


Para amar, para sentir 
la alegría de vivir
y un tiempo que lamentar,
al no saber que existir
lleva consigo una carga
tan risueña, como amarga,
donde se llega a incidir.


Un tiempo para olvidar
o recordar un inciso 
durante un tiempo preciso 
que pretendemos guardar.


Tiempo para atesorar 
el fruto de la experiencia 
en sucesivas vivencias 
y un camino por andar.


Un tiempo que sepultar
en la mudez del silencio,
un tiempo en el que presencio
hasta dónde he de llegar.


Tiempo que así determina 
que nuestro paso intensivo 
es la causa y el motivo 
de una vida que termina.


Escrito en Junio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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