en la inconsciencia supina,
es la que siempre origina
el estado en que te enferme.
Y se acerca sigilosa
desde el centro a la raíz,
donde genera el matiz
de una ruina escandalosa.
No piensas en otra cosa,
que en esa cruda obsesión
que atrapa tu corazón
con su belleza engañosa.
Y se pierde tu consciencia,
divagando en ese espacio,
donde desciendes despacio,
coronando tu impaciencia.
Nada es igual, es distinto
a toda esa reacción,
que afloró en tu corazón,
guiado así por tu instinto.
Brotando en tí el animal
que traiciona tu verdad,
porque a tu voluntad
la domina desde el mal.
Lo que tuviste de humano,
queda al final destruido,
porque tú lo has permitido
al coger su oscura mano.
Escrito en Junio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario