jueves, 13 de junio de 2024

Cuando el amor se va, nunca vuelve.

Soy condenado a vivir,
por una cruel sentencia,
me quitaron la licencia 
que rige el buen existir.


Mis sueños fueron vendidos,
tal vez, al mejor postor
y ahora vivo sin amor,
detuvieron sus latidos.


Hay quien dice que me ama,
pero nunca ha demostrado 
con sus hechos, si me ha amado,
a mi puerta nunca llama.


La soledad es mi amiga, 
en mi soledad observo 
el ala negra del cuervo,
soledad ¡Dios te bendiga!


Aún me queda el corazón 
después de lo que he sufrido,
guardo mi último latido 
para nutrir mi razón.


Se me pasó la ocasión 
de hallar esa gran verdad,
que habla de felicidad,
triste estoy, sin remisión.


No soy feliz, es preciso 
compartir mis alegrías 
llevando todos los días 
las llaves del paraíso.


Pronto las he echado en falta,
he mirado en mis bolsillos,
pero hay robos muy sencillos, 
cuando al corazón se asalta.


Te roban el corazón,
con falacias y mentiras,
haciendo sonar la lira
de una falsa protección.


Y te olvidas de ti mismo,
buscando su complacencia 
cometiendo una imprudencia,
cuando todo es egoísmo.


Porque el amor se disuelve 
y el tiempo ya se ha pasado, 
aunque estuve enamorado,
sé que el amor nunca vuelve.


Escrito en Junio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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