hace sangrar al día sobre el horizonte.
Al atardecer se derrama el cárdeno vino,
sobre los senos desnudos de las montañas.
y un olor añejo a transpiración evaporada,
emerge desde la tierra para bañar
su desnudez en lágrimas de sal.
El mar es un lamento que besa la tierra
y deshace su fingida solidez en múltiples
arenas.
Cada secuencia de sílice es sin duda,
el resultado del furtivo logro de aparentar
una salina dureza, que el mar manifiesta,
por no declarar sus ansias de besar la tierra.
Escrito en Junio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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