nada ocurre sin motivo
y nuestra vida es testigo
de que todo es causal.
Es dicha disparidad
sucede que toca techo
lo torcido y lo derecho
con la misma dignidad.
La acción y la consecuencia
están dentro de tu mano
y en un idéntico plano
llegan hasta tu conciencia.
Y no es ninguna advertencia,
sabiendo que su razón
varía con la ocasión
que contemple tu prudencia.
La casualidad no existe,
todo es causal, pues se entiende
que de toda acción depende
no caer en el despiste.
Y saber, que en cada paso
o acción, que al fin se produce,
sin duda alguna conduce
al éxito o al fracaso.
Escrito en Junio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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