y es no cambiar de aspecto, ni medida,
dejando al tedio, paso en nuestra vida,
sembrando su cruel monotonía.
El mundo nunca fue monocromático,
pues lleva profusión en sus colores,
son únicos y varios, sus sabores,
dentro de un abanico demográfico.
Supimos del placer y de la espina,
que acude al paladar, y en su sabor,
supimos de la ruta del dolor
y el tiempo que se emplea en la cocina.
También, de aprovechar esa ocasión,
que brinda el arte, en toda su medida,
y da un nuevo color a nuestra vida,
llevando nuestra vista, a la atención.
Cambiar de nuevo el curso, es primordial,
buscar un nuevo espacio, sin demora
que obligue a la razón, vivir ahora,
un tiempo que se presta a lo esencial,
Escrito en Enero 2025 por Eduardo L. Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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