La Navidad no es un saldo
para vender mercancías,
disfruta todos tus días,
la vida es un aguinaldo.
Cada día, Jesús nace
y no se presta atención,
se busca una distracción
en un vídeo o en un enlace.
Dejamos en los espejos,
una imagen, que es ficticia:
Un beso o una caricia,
que ya han quedado muy lejos.
Y celebramos un día,
la Navidad que se miente,
porque en verdad, no se siente
y es sólo una hipocresía.
El hijo de Dios nos nace,
dentro de ese corazón,
y no es por obligación,
pues el alma se deshace,
cuando sientes su verdad,
palpitando en tu conciencia.
¡Siente ahora esta experiencia
y vuelve a su realidad!
Dios habita en cada ser
y desea ser sentido,
en el pulso y el latido,
que surja en tu amanecer.
Escrito en Diciembre 2024 por Eduardo Luis Diaz Exposito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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