martes, 3 de diciembre de 2024

El mar es vida en nuestro planeta.

Si el mar jamás existiera 
sobre la faz de este mundo 
¡Qué tristeza tan enorme!
¡Qué planeta tan deforme!
¡Qué dolor tendrá su esfera,
tan inmenso en lo profundo!


El mar vive entre madejas
de algas verdes y corales
y entre simas abisales,
se ahogan penas y quejas.


En el mar, el nacimiento 
de una amniótica esperanza,
la vida surge en su danza,
de incesante movimiento.


Útero, donde la vida
se engendra en la profusión,
de toda la creación 
de una fauna que, dolida,
vive la amarga aventura 
de la pesca radical 
y va creciendo su mal
en desmedida captura.


Mar de la calma, y ensueño 
de toda contemplación,
en vespertina oración,
antes de que venza el sueño.


Bajo un sol de atardecer,
sus aguas llevan la calma,
que va calando en el alma,
cuando el cielo empieza a arder.


Y entre sus tonos bermejos,
un horizonte perdido,
porque el sol, ya se ha dormido 
entre ambarinos reflejos.

Escrito en Diciembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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