miércoles, 18 de diciembre de 2024

Cuando se aquieta el alma.

Atrapado entre los muros 
de una fría soledad,
elijo en mi intimidad,
unos logros más seguros.


En plena meditación,
mi pensamiento se agrupa,
porque a todos nos preocupa 
una pronta solución.


En el tiempo detenido,
mi pensamiento es más claro 
y aunque te parezca raro,
es más nítido y fluido.


Se quedan desdibujadas 
las imágenes que alcanzan 
la mente, y se afianzan 
en olas y marejadas.


Surgiendo con prontitud,
la calma, que necesita 
todo aquel, que se permita 
su paso en la rectitud.


Así pues, cuando se aquieta 
el alma, surge un destello,
todo parece más bello 
en su elevada meseta.


Desde allí, la perspectiva 
es por más fiel, más sincera,
la calma es tiempo de espera, 
necesaria y efectiva.

Escrito en Diciembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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