y nunca has aparecido,
conoces bien mi latido,
mis éxitos y fracasos.
En ocasiones yo imploro,
dada tu benevolencia,
que me concedas paciencia
y un recatado decoro.
Aunque no soy de rezar
y nunca pido un favor,
en el nombre del amor,
sé que me vas a escuchar.
Óyeme bien el pedido,
porque no es para mí mismo,
atrás quedó un egoísmo,
del cual no saqué partido.
Hoy pido por la verdad,
que estoy viviendo y me habita,
ayuda al que necesita,
que sea una realidad,
el fruto que, de su anhelo,
quiere verlo realizado,
pues la vida le ha negado
y alzó los ojos al cielo.
Que se administre justicia,
la estamos necesitando,
por eso te estoy rezando,
confiando en tu pericia.
Sabes que, en esta oración,
no es personal mi interés,
mi corazón, ya lo ves
y es justa mi petición.
Escrito en Diciembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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