domingo, 8 de diciembre de 2024

Valencia, sumergida en el llanto.

El agua, si se detiene,
jamás moverá un molino,
pero por desgracia viene 
a cambiarnos el destino.


Levante, ya lo ha sufrido 
y en Valencia, se ha cebado 
deteniendo su latido,
quedando todo inundado.


Un infierno, que sin llamas,
con el agua nos declara,
el peor de nuestros dramas,
sin que nadie se enterara.


Aguas bravas, turbulentas,
con un acopio incesante,
la peor de las tormentas,
que arrasa todo al instante.


Valencia sufre una muerte,
en las aguas sumergida
y por esta mala suerte,
algunos pierden su vida.


Valencia, tierra de fuego,
pólvora y celebración,
qué se podrá decir luego,
después de la inundación.


En un esmerado intento, 
debemos colaborar,
porque ese callado aliento,
tendrá que recuperar.


Escrito en Diciembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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