has bajado por tu propio pie
del pedestal, que en la gloria
de mis anhelos, forjé para ti
con todas mis ilusiones, cocinado a fuego lento, cada día y por muchos años.
Fué la ignorancia de no saber evitar
la disyuntiva que fué separando
nuestras órbitas, viviendo ajenos
al estremecimiento que produce el amor,
en la tangente de nuestros cuerpos
y nuestras almas.
Lenguajes diferentes en distintas órbitas
y cuando abrí mis ojos a la verdad,
estabas lejos, muy lejos...
A millones de años luz.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario