con tu sexo marchito y un vuelo lejano
de voces y ríos de humedad
en el orgasmo.
Tu sexo huele a tristeza, a noches
en vela y lágrimas negadas,
por el orgullo de no reconocer,
que se sufren las heridas en la ausencia.
Se deforman tus caderas y mis labios se resecaron antes, sin la humedad de
tu pubis.
¡Te jodes!. Antes me diste muerte
y ahora te vas muriendo, sin aceptar
el hecho de que te está pasando.
Pasa la vida, tus pechos se caen,
mis ojos se nublan en la tristeza
y somos dos extraños, ajenos
a lo que sucede en nuestras vidas.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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