calles.
El agua discurre, pensamiento último
de una lágrima, que en la nostalgia
se derrama desde los cielos.
Es domingo y la tarde se va ciñendo
hacia una predecible noche
y una relajada monotonía de pasos
en las avenidas.
Mis manos, antes cuencos vacíos,
se llenan de sinceras presencias,
en un saludo y apretón de manos.
Los ríos tan sólo se encuentran
en el delta de su desembocadura
hacia el mar, pero las personas fluyen
con una intención de vida,
hacia inexorables encuentros.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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