inician una tragedia tricotada
por las agujas de la tristeza,
dentro de ese olvidado cesto
de labores.
Anoche cené los restos del desayuno
de la mañana, sólo por ganar un tiempo
que no superó a todas mis previsiones.
La locura no es aceptada, por observar
que pueda triunfar sobre la razón
admitida.
Los grifos dejan de manar el agua necesaria, cuando las bocas niegan
el óxido en sus cañerías.
Quiero que sepas que todo cuanto
ignoras es el impulso, para que
tu búsqueda se inicie sin orden,
ni concierto.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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